La espera de Asterión y su crepúsculo (dueto Bastet*- Mitra)
Hoy no dormitará la inercia
del moho llorándose
estalactitas,
el nervio que escarlatagimió tus pies, Creta;
rondará tu hueco
perdiéndome en el frenesí
de mis dactilares cuerdas,
escarbaré un delirio oblongo.
Días en estrépito fallecen,
llagas pasquines celebran el laberinto,
converge la condena,
sepulta el bufar en el aire,
¡Pasifae escucha tu vientre!
Engendro me grita
el vuelo de un ave sorda,
a mis aires de morador
mudo a su calostro;
envainado de lujuria.
Rito liquido,
mi hambre coagula,
galimatías en mis pesuñas,
se secan,
se evaporan
con brisa salada.
¿Soy parte de este trecho de tierra?
En vericuetos de cenizas,
¿Retorceré pasos inciertos?
Chispean, olí sus sombras
desdeñando un ruego
a los dioses y las moiras,
ululando en la humedad sin tiempo;
en sus cuerdas, la raíz
de una canción
sin memorias.
Llegó la eternidad
con paso apóstata,
cimbra mi lecho,
escueta cesación de vida
reptando la última llama
¡Cielo de infierno termina!
O muerde mis silencios
colapsando, ondulando
mis saetas de marfil
olvidadas de Apolo;
sin olimpos.
Endeble templo de mi madre,
herejía de dioses en
austera anatema,
Teseo revienta dentro
los destellos forjados de metal,
resucitando música
en el alma de Ariadna.
Me inyectaré las estatuas
como ojos,
y en su escondite umbrío
herviré mis omóplatos
con sus costillas,
el precio de un mal
más grande que mis encías.
Hecatombe de tierra hereje
ha sido,
claudicando la bestia
en ecos sordos,
estremece el laúd de Zeus,
macerándose en su hervor,
será final de su profanación divina.
Poseidón inhumará en sus médulas
el cerril existir de este deceso.
Bastet/DaLy*
Mitra
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